Ecuador
La prevención: una práctica constante para proteger la salud antes de enfermar.
Redacción GYE
En Ecuador, la cultura de prevención en salud aún es limitada. Con información, educación y hábitos saludables, se puede reducir el impacto de enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida.
La salud no debe ser solo una preocupación cuando aparece la enfermedad. La prevención es el pilar fundamental para garantizar una vida más larga y con calidad. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 5 personas en el mundo padece hipertensión y la diabetes afecta aproximadamente al 7% de la población global. Sin embargo, muchas personas desconocen que pueden tomar medidas preventivas que reduzcan el riesgo de complicaciones.
En Ecuador, con una población de alrededor de 18 millones, solo el 8% cuenta con un plan de salud privado, lo que representa aproximadamente 1,44 millones de personas, mientras que alrededor del 50% de la población tiene acceso al sistema público a través del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Esto deja a una gran parte de la ciudadanía con limitaciones en el acceso a atención oportuna, generando hábitos de automedicación, que pueden resultar peligrosos.
De hecho, según un estudio realizado en la provincia de Manabí (2019) publicado en la Revista Científica “Investigación en Salud”, el 82,9% de la población se automedica, y de estas personas, el 81,7% adquirió antibióticos sin receta médica. Este comportamiento refleja la falta de acceso o confianza en los servicios de salud profesionales y evidencia la necesidad de generar una cultura de prevención y educación en salud.
La tecnología puede ser una aliada para la prevención, siempre que se utilice correctamente. Consultas médicas virtuales y seguimiento profesional permiten identificar riesgos antes de que se conviertan en problemas mayores, evitando así depender únicamente de información no validada en internet o automedicación.
En definitiva, vivir más es querer vivir bien. La prevención es un compromiso personal y colectivo. Con educación, hábitos saludables y acceso oportuno a profesionales de salud son los pilares para transformar la manera en que enfrentamos las enfermedades crónicas en Ecuador.
En Ecuador, con una población de alrededor de 18 millones, solo el 8% cuenta con un plan de salud privado, lo que representa aproximadamente 1,44 millones de personas, mientras que alrededor del 50% de la población tiene acceso al sistema público a través del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Esto deja a una gran parte de la ciudadanía con limitaciones en el acceso a atención oportuna, generando hábitos de automedicación, que pueden resultar peligrosos.
De hecho, según un estudio realizado en la provincia de Manabí (2019) publicado en la Revista Científica “Investigación en Salud”, el 82,9% de la población se automedica, y de estas personas, el 81,7% adquirió antibióticos sin receta médica. Este comportamiento refleja la falta de acceso o confianza en los servicios de salud profesionales y evidencia la necesidad de generar una cultura de prevención y educación en salud.
La medicina prepagada, ha estado tradicionalmente enfocada en financiar tratamientos cuando la enfermedad ya está presente. Sin embargo, el reto actual es promover una cultura preventiva que empodere a las personas para cuidar su salud antes de enfermar. “La salud es vital. No debemos esperar a sentirnos mal para acudir al médico. Prevenir es tan importante como curar, y nuestra labor es apoyar a las personas a generar hábitos saludables y conciencia sobre su bienestar”, comenta Julio Tarré, gerente de Plan Vital.La falta de cultura preventiva también tiene un impacto económico. Las enfermedades crónicas no solo afectan la calidad de vida de los pacientes, sino que representan un gasto creciente para los sistemas de salud. Invertir en educación, hábitos saludables y prevención reduce complicaciones a futuro y promueve un estilo de vida más pleno.
La tecnología puede ser una aliada para la prevención, siempre que se utilice correctamente. Consultas médicas virtuales y seguimiento profesional permiten identificar riesgos antes de que se conviertan en problemas mayores, evitando así depender únicamente de información no validada en internet o automedicación.
En definitiva, vivir más es querer vivir bien. La prevención es un compromiso personal y colectivo. Con educación, hábitos saludables y acceso oportuno a profesionales de salud son los pilares para transformar la manera en que enfrentamos las enfermedades crónicas en Ecuador.